Tres días después del accidente, unos 200 familiares de los afectados siguen con angustia e incertidumbre a la espera de noticias a las afueras del yacimiento, situado a 45 kilómetros de Copiapó, en la región de Atacama.
En tanto, el presidente Sebastián Piñera, que el sábado se reunió con un reducido grupo de familiares, admitió que "la situación no es fácil".
"Estamos hablando de varios días, probablemente más de una semana", declaró a los periodistas el ministro de Minería, Laurence Golborne, tras explicar a las familias de los afectados en qué consiste la nueva estrategia para ubicar a los mineros.
Siete máquinas, cuatro de las cuales ya se encuentran en el lugar, perforarán seis puntos del yacimiento San José a un ritmo que variará entre 50 y 100 metros por día, dependiendo del tipo de maquinaria y de la roca que encuentren en el camino.
El objetivo es localizar a los trabajadores, de los que nada se sabe aún, y poder suministrarles oxígeno, agua y alimentos.
"Tratamos de minimizar el margen de error para que las posibilidades de éxito se multipliquen", indicó Golborne.
Los equipos de rescate trabajan con la hipótesis de que los trabajadores se hallan a unos 600 ó 700 metros de profundidad, en un refugio que dispone de agua y comida, así como de oxígeno para unas 72 horas, un lapso que ya se ha cumplido.
Sin embargo, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, aseguró que técnicos y trabajadores han señalado que la mina dispone de un sistema de ventilación natural y de depósitos de agua en varios sectores que les permitirían sobrevivir durante varios días más.
En cuanto a la alimentación, las autoridades señalaron que un ser humano puede resistir varias jornadas sin comer.
Al tiempo que se realizan estos sondeos, se abrirá también "un túnel de varios cientos de metros" en el que se trabajará durante varias semanas, señaló Golborne.
La decisión de realizar los sondeos se tomó después de que el sábado se produjera un nuevo derrumbe en la chimenea de ventilación por la que los socorristas descendían hacia el interior del yacimiento, cuando se encontraban apenas a varios metros de su objetivo.
"En el día de ayer (sábado) casi perdimos un equipo de rescate", advirtió Golborne.
La incidencia obligó a las autoridades a buscar otras alternativas y se optó por la instalación de sondas, dado que la rampa de acceso está bloqueada por toneladas de piedra y rocas y la mina carece de las vías de escape que exige la normativa.
Ante las aprensiones expresadas por los familiares, el ministro de Minería explicó que acceder por la chimenea y realizar los sondeos al mismo tiempo resultaba un riesgo debido a la posibilidad de provocar más derrumbes.
Asimismo, señaló que parte de los socorristas abandonarán el yacimiento hasta que se vuelva a requerir de su ayuda, dado que las posibilidades de que se pueda efectuar un rescate en las próximas horas son muy reducidas.
Los ministros de Salud y de Minería coordinan en el terreno las labores del rescate en representación del Gobierno, mientras que el presidente, Sebastián Piñera, se comprometió a investigar a los posibles responsables por este accidente.
Los trabajadores han criticado las malas condiciones del yacimiento, en el que en los últimos años murieron tres obreros.
Los familiares de los mineros atrapados han denunciado además que la empresa propietaria del yacimiento, la Minera San Esteban, les avisó del accidente cinco horas después de que se produjera el primer derrumbe, ocurrido a las dos de la tarde del jueves.
Atacama (Chile)
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