El embajor chileno en el Ecuador Juan Pablo Lira conversó con Diario HOY sobre el avance del proceso de rescate de los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad desde el pasado 5 de agosto en una mina en el norte de Chile.
Han transcurrido casi dos meses de esta tragedia y los tres planes de rescate avanzan. ¿Existe ya una fecha para el rescate físisco de los trabajadores?
En un principio se hablaba que para antes de Navidad. Ahora, ya con el avance visto, se estima que será a mediados de noviembre. Pero, igual, es mejor no generar expectativa.
El plan B es el más avanzado en la perforación para alcanzar a los mineros. ¿Hay la posibilidad de que los otros dos puedan alcanzar el objetivo antes?Los tres planes tienen características diferentes: el uno es un máquina perforadora con cabeza de tecnología avanzada, que es de uso minero; la segunda, petrolera, de perforación de martillo, y la otra es como un sistema de martillo minero con caracteristicas más modernas. Desconozco las razones técnicas para probar los tres sistemas; creo que es una actitud de reacción, de probar alternativas y de asegurar un rescate óptimo.
¿Cuántas personas forman parte del rescate?
Alrededor de 40 ó 50 nacionales y extranjeros; los expertos de la NASA, geólogos, ingenieros y dos submarinistas de la Marina chilena. Claro, es un tema de inmersión, no en agua pero en tierra, y, para eso, hay técnica.
¿Cóma avanza el entrenamiento a los mineros antes de su salida a la superficie?Es un proceso complejo. No todos los que está atrapados son jóvenes; hay gente de hasta 60 años. Se los está preparando en técnicas de respiración, ejercicios cardiovasculares; siguen un régimen alimenticio, porque no pueden engordar. Es dramático.
¿Cuánto tiempo demorarán en salir a la superficie una vez en la cápsula?Unos 20 minutos. Sin embargo, las cápsulas tienen tanques de óxigeno e hidrógeno para una hora. Esto, en caso de que se trabe, de tal forma que, si eso pasara, tendrían aire para respirar hasta que los técnicos abran las tapas de arriba o abajo y los saquen con cuerdas.
¿Cómo está organizado el campamento en la superfice?Es muy interesante. Ahora, los familiares, ya más organizados, que saben que sus seres queridos están vivos, van a sus hogares y visitan la mina a diario; otros siguen instalados ahí. El lunes, se inauguró una escuela pública para que los niños no pierdan el año escolar. Asismismo, el sistema público de salud está instalado por cualquier eventualidad.
¿Cuál será el proceso luego de que salgan los mineros?Se les hará un examen físico en el campamento, y allí tendrán acceso limitado a sus familias, pues hay que tomar ciertas precauciones. Ellos, tras estar tanto tiempo en la oscuridad, salen ciegos. Luego, serán trasladados a un hospital en la ciudad más cercana, que es Copiapó, y, luego de un examen físico y mental, que durará unas 48 horas. Luego tendrán acceso total a los familiares.
¿Cómo va el proceso con los dueños de la mina San José?Es un tema que no se maneja abiertamente a la opinión pública. El costo del proceso de rescate está en manos del Gobierno y costará $10 millones. Hay incautaciones de los bienes de la mina y de los propietarios de la misma, dictaminados por la Justicia; eso es para precautelar el pago de los salarios y derechos de los trabajadores. Esta mina tiene una nómina de 200 personas, y todas ellas están recibiendo su salario.
¿La mina tenía problemas de seguridad?Estaba cerrada no por problemas de seguridad, sino porque el precio del cobre no representaba la explotación. Hace dos años, fue reabierta con el repunte del precio del cobre a escala internacional. Pero se empezaron las labores sin haberse hecho el mantenimiento adecuado, y la mina tenía problemas de filtraciones y resquebrajamientos.
¿Chile ha tenido experiencias similares?La minería subterránea tiene sus riesgos, y tenemos experiencia en el sur del país en explotacion de carbón. Ha habido accidentes no similares pero sí con alto índice de muertes.
Juan Pablo Lira. Es licenciado en Ciencias Públicas y Sociales, con postgrado en el Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Desde 1991 hasta 1994, fue Jefe de Gabinete del Subsecretario de Relaciones Exteriores. Luego, se desempeñó como Embajador Extraordinario de Chile en Colombia.
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