El director de Ingeniería en Construcción de la Universidad Central, Miguel Mellado, alertó en declaraciones a radio Cooperativa que aún se está evaluando encamisar (revestir) el pozo por donde serán rescatados los trabajadores.
“No encamisar el ducto de rescate de los 33 mineros de San José, en pos de una salida más rápida, es temiblemente inseguro para todos los involucrados, porque se puede producir una obstrucción de la vía de escape y prolongar aún más el rescate”, indicó el experto.
Añadió que “no encamisar esta excavación es inseguro porque podría haber un desprendimiento de roca, que a esa altura ya son proyectiles, con un riesgo muy alto para la gente que está en la parte inferior del túnel”.
Mellado indicó que “más vale esperar siete días, que es lo que demora el encamisado, para poder rescatar a toda esta gente y de una vez. El proceso de rescate durará 24 horas, por lo que ellos pueden esperar siete días para que se produzca el rescate con seguridad”.
Los 32 mineros chilenos y uno boliviano se encuentran atrapados en la mina San José, distante 880 kilómetros al norte de Santiago, desde el 5 de agosto pasado y se espera que sean rescatados por un pozo durante la segunda quincena de este mes.
Los trabajadores reciben desde el 22 de agosto pasado agua, alimentos, entretenimiento y comunicación por un pozo, el cual se convirtió en un verdadero “cordón umbilical” con el exterior, donde se trabaja las 24 horas para rescatar a los mineros.
Mellado propuso “encamisar” en forma completa el ducto para asegurar el rescate y la seguridad de todos los involucrados, incluidos los socorristas y los mineros atrapados.
El ingeniero André Sougarret, encargado del rescate, anunció este martes que sólo se encamisarán los primeros 100 metros del ducto del llamado “Plan B”, cuya perforación debería finalizar este jueves, ya que no sería necesario para el resto del ducto.
La perforadora T-130 (Plan B) ya llegó a los 500 metros de profundidad y en los próximos días completará los 620, llegando hasta la galería donde están los 33 mineros, tras lo cual se iniciará la cuenta regresiva para el día “D” de la salida.
El encamisado completo de los 620 metros del pozo tardaría unos seis días, lo cual complicaría la aspiración del presidente chileno Sebastián Piñera de estar presente al momento del rescate de los 33 mineros.
Piñera tiene programada una gira por Reino Unido, Alemania, Francia y España que lo obliga a salir del país el próximo 16 o 17 de octubre, razón por la cual espera que los trabajadores hayan sido rescatados antes de esa fecha para saludarlos uno por uno.
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Hace 2 meses les llegó la nefasta noticia: en el interior de la mina San José se había producido un derrumbe a 350 o 400 metros de profundidad, que dejó atrapados a 33 trabajadores. Recién 17 días después se enteraron de que todos estaban vivos.
Hoy, cuando el rescate se aproxima, algunos familiares portan banderas de Chile, otros globos en forma de corazón y luego lanzan el grito de guerra que que caracteriza a todos los chilenos.
Se abrazan y comienzan a caminar hacia una ladera del Campamento, a unos 40 metros de distancia, donde se han colocado 32 banderas chilenas y una boliviana, la del minero Carlos Mamani. Allí izan una bandera de Chile en un asta de mayor altura que las de los 33, y entonan con fervor el himno del país.
“Yo deseo que nunca le pase a nadie esto, se sufre mucho (…) en ese momento hace dos meses, los ‘niños’ estaban quedándose sepultados debajo de 700 metros”, dice María Segovia, hermana del minero Darío. Ella, como muchos de aquí, llaman de manera cariñosa ‘niños’ a los mineros.
María es una de las principales líderes en el campamento, donde incluso la llaman “la alcaldesa del campamento Esperanza”.
La intendenta de la Región de Atacama, Ximena Matas, quien participó del acto, rememoró que el mismo día de que se supo del accidente se trasladó a la mina San José.
“Había que estar acá, con incertidumbre absoluta, sin saber nada de lo que sucedía, con el dolor de ver a las familias, las angustias, así que fue un momento super difícil”, relató a la Agencia AFP.
En el Campamento de Esperanza hay un evidente clima de optimismo por el rescate, con una fuerte mezcla de ansiedad.
Las 3 máquinas perforadoras avanzan con sobresaltos en su labor de horadar desde la superficie hasta los 700 metros, por donde se izará a los mineros en una cápsula individual metálica.
Dos de las tres máquinas son las que más prometen: La T-130, encargada del Plan B, y la sonda petrolera RIG-421, responsable del Plan C.
La T-130, la que más expectativa genera, cavó hasta la fecha 466 metros y está a 164 metros de alcanzar su objetivo. Su rendimiento varía y depende, principalmente, con el tipo de material rocoso con que se choca. El lunes, por ejemplo, perforó 2 metros, pero en otros días hizo hasta 50.
La RIG-421 se encuentra en los 265 metros, aunque por ahora redujo el diámetro del pozo porque sufrió una desviación en su dirección. Debe retomar rumbo en los próximos 2 días y agujerear hasta los 597 metros.
Mientras las máquinas trabajan a diferentes ritmos, los parientes y un ejército de periodistas esperan el “Día D”.
Más familiares han llegado en los últimos días para sumarse a la población permanente del Campamento Esperanza. También más periodistas. Está claro que los indicios de un rescate inminente han alborotado el ambiente, todos a la espera del final feliz.
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