El milagro de los mineros chilenos

El milagro de los mineros chilenos

23/09 - Un ejército de médicos y enfermeras espera a los 33 mineros atrapados

23/09/2010

Los helicópteros militares están a la espera para tomar el vuelo al helipuerto. Las motocicletas de la policía están en alerta para escoltar a una flotilla de ambulancias. Y una gran cantidad de camas eléctricas con sábanas blancas permanecen vacantes y listas.

Esto es parte del plan de contingencia para llevar a los 33 mineros del lugar en donde se encuentran atrapados y de donde muchos esperan serán sacados hacia un hospital en Copiapó, la ciudad más cercana a la mina de oro y cobre San José que se derrumbó.

"Nos hemos preparado desde el primer día del desastre", mencionó Hernán Rojas, director del Hospital Regional de Copiapó. "Esperábamos que empezaran a llegar mineros heridos poco después del colapso, pero esto ya toma tiempo".

El coordinador del rescate del gobierno, André Sougarrent, dijo que para finales de esta semana, se pondrá en marcha la construcción de tres cápsulas en forma de jaula que traerán a los mineros a la superficie.

El gobierno prevé el rescate para principio de noviembre. Sin embargo, crece la expectativa de que pudiera ser mucho antes. Tres perforadoras trabajan a marchas forzadas para excavar un orificio en el que quepa un humano. Los trabajadores tendrán que pasar por ahí desde las galerías donde esperan desde el 5 de agosto, a 700 metros de profundidad.

El presidente, Sebastián Piñera, durante una visita a la mina el domingo, alimentó la anticipación cuando le dijo a los medios, "no sabemos cuando, pero será mucho antes de lo esperado".
En el Hospital Regional de Copiapó, Rojas afina sus equipos de respuesta a emergencias.

"Estaremos listos desde el momento en que saquen a los mineros", expuso. "Van a salir uno por uno, y tendremos comunicación con los mineros que estén en camino. En ese momento activaremos nuestro plan interno".

Mientras caminaba alrededor de una recientemente terminada "unidad de cuidados especiales", Rojas describió como los mineros liberados serán examinados primero en un hospital de campo establecido en la mina.

"Tendremos un hospital de campo. No conozco exactamente las funciones que tendrá, pero contará con sistema de triage para identificar los casos más complejos", dijo.

Una vez concluido el triage, es decir, de ver la prioridad para atender a los pacientes, el plan es mandar a los mineros por aire en helicópteros a un helipuerto en el 23 Regimiento de la Infantería de la Armada chilena en Copiapó. El vuelo durará de 15 a 20 minutos.

Metro a metro de vuelta a la vida

El helipuerto se ubica a 300 metros del hospital. El trayecto por las calles implica recorrer 800 metros.
Rojas dijo que la policía bloqueará las calles, y las motocicletas escoltarán las ambulancias en su ruta al servicio de emergencias del hospital.

"La alarma será levantada. El hospital  se pondrá en alerta, y los pacientes serán traídos vía el departamento de emergencias, que está abierto las 24 horas", dijo Rojas.

El director del hospital dijo que algunos mineros probablemente no necesiten monitoreo especial. Esos mineros serán acomodados en salas del segundo y cuarto piso. Pero hay espacio para que hasta 10 hombres sean internados en la recién inaugurada unidad de cuidados especiales, una unidad prevista para monitorear más de cerca a pacientes a excepción de los que su vida corra peligro.

"No la mires como una cama, considérala como una unidad de paciente", dijo Rojas orgullosamente mientras muestra a CNN la unidad de cuidados especiales. Luces verdes parpadean en una serie de botones al pie de la cama, y las instrucciones en tres idiomas en la base de la cama para levantarla o bajarla.

Si la vida de algún minero parece estar en peligro lo llevarán a la unidad de cuidados intensivos una vez que sean sacados, dijo Rojas. Hasta el momento no hay indicios de que eso sea necesario, pero Rojas dijo que su equipo está preparado con traumatólogos, neurocirujanos y oftalmólogos.

"La gente dice: 'han estado tanto tiempo bajo tierra, ¿no se dañó su vista?' No conozco la respuesta en éste momento", mencionó.

Listos para todo

Dijo que el equipo principal de 10 camas de la unidad de cuidados especiales consiste en un personal de una enfermera y tres paramédicos por turno además de un doctor de rondas. Los especialistas visitarán a los mineros en esa unidad según sea necesario.

Si alguno de los mineros se rehúsa al tratamiento en el hospital para simplemente ir a casa con sus seres queridos, serán disuadidos, dijo Rojas.

"Esa será la tarea principal de la línea de frente del equipo de médicos que se encuentra en la mina. La gente de salud mental y de psicólogos tendrán que utilizar su encanto con los mineros para persuadirlos de examinarse antes de darlos de alta", dijo.

La unidad de cuidados especiales del Hospital Regional de Copiapó aún huele a pintura fresca. A las sábanas blancas las cubren rollos de plástico para prevenir el polvo. Los monitores cardiacos están apagados, y las bomba de succión y líneas de oxigeno permanecen en silencio.

Esta sala nunca ha sido utilizada. Fue terminada dos meses antes del derrumbe de la mina San José.
Con el hospital ubicado en el corazón de una de las regiones más importantes de minería de Chile, miembros del personal de las instalaciones de Copaipó han tratado a mineros heridos anteriormente. Pero ninguno de los accidentes anteriores ha atraído éste nivel de atención mundial.

"Estamos acostumbrados a tratar a la población local y no hacer mucho ruido o alboroto de eso. Pero ahora es diferente", dijo Rojas.

A medida que muestra formas blancas para anotar los signos vitales de los mineros y otros informes médicos. Rojas tocó los bolsillos de su traje.

"Lo único que me falta es la pluma", dijo.

Y, por supuesto, los 33 futuros pacientes que permanecen atrapados 700 metros bajo tierra.

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